Humildad
y servicio:
Las
dos características principales de Jesús como líder fueron: su humildad y
servicio. A pesar de ser Dios no tomó eso como cosa a la cual aferrarse. Tenía
todo lo que se requería para exigir respeto y atención, pero aun así no lo
hizo. Estas dos deben ser las dos características principales que todo líder debe
imitar de Jesús: humildad y servicio. No importa en qué área de influencia
estés en tu congregación o ministerio, si no vives en humildad y para servir a
los demás; entonces no estás preparado.
El
Apóstol Pablo, en su epístola a los Filipenses 2: 5-6, habló claramente acerca
de la humildad de Jesucristo. Él dijo que “haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz”. Esta es la
actitud que está faltando en nuestros líderes, e incluso en nosotros mismos:
humildad. Un líder humilde se puede identificar en la forma como habla y se da
a los demás. Un líder humilde ama a su prójimo como a sí mismo.
Fíjese
bien en el versículo 6 de Filipenses capítulo 2: “… tomando forma de siervo…”.
Jesucristo se caracterizó por el servicio. Siendo Dios vino a servir y no a ser
servido. El líder debe ser un siervo. Muchos piensan que el liderazgo es vivir
una vida de comodidad, y solo pretenden que los seguidores les sirvan a ellos.
Los seguidores no sirven a los líderes si antes los líderes no sirven a los
seguidores primero. Nadie es capaz de servir, si antes no es capaz de
humillarse primero. El servicio es la marca de la humildad.
Dios
demanda de Sus líderes, primero que sean humildes, en segundo lugar que vivan
para servir a la gente que los necesitan. El liderazgo cristiano ha perdido su
enfoque de servicio, y han buscado más ser alabado por los hombres que ser
exaltado por Dios. “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.
(Santiago 4: 6).
Reflexiones como actuamos ante los demás compañeros líderes.