miércoles, 13 de julio de 2016

Espíritu Santo

El Espíritu Santo no es una fuerza ni una energía abstracta. El Espíritu Santo es Dios mismo. Cuando le recibimos, El está con nosotros y en nosotros. Tener al Espíritu Santo es tener al Padre y al Hijo (Juan 14:23).
Como una Persona que es, podemos platicar con él, y podemos escucharlo también. Podemos contristarlo, y obviamente podemos alegrarlo.

El Plan de Dios es que el Espíritu Santo llegue a convertirse en nuestro mejor y más íntimo Amigo, en nuestro Guía, nuestro Consejero, nuestro Ayudador, en Aquel con Quien tengamos comunión íntima y constante.
Una de las cosas más importantes de la vida cristiana exitosa es el saber escuchar al Espíritu Santo. El que no se deja guiar por el Espíritu de Dios estará actuando independientemente y muchas de las cosas que hace, las hará en la carne (por sus propios medios).




Algunos pasajes donde vemos al Espíritu Santo hablando a Sus siervos: Hech.8:29; 10:19-20; 13:2; 16:6-7
Jesús decía que todo lo que Él hacía, lo  hacía en obediencia al Padre, Él pasaba tiempos buscando la voluntad de Dios y luego realizando esa voluntad. Debemos entender que la victoria está en la voluntad de Dios. El Espíritu Santo no nos fue dado para que hagamos nuestros propios planes y luego el Espíritu Santo nos ayude, el Espíritu Santo nos fue dado para que Él nos muestre los planes de Dios y para que al hacer los planes de Dios Él nos ayude a realizarlos.