A veces nuestros problemas y enemigos parecen gigantes. Una vez que los niños hayan escuchado la historia de David y Goliat, van a pensar en aspectos de sus vidas que requieren la ayuda de Dios (en su escuela, en la casa, en su relación con sus amiguitos, etcétera). ¡Coménteles que no hay ningún problema demasiado difícil (gigante) para Dios!
Dios no ha dado todo lo necesario para poder ser hombres dedicados a lo que el quiere, lo primero que tenemos que hacer es tenerlo en el primer lugar y después todo sera añadido.