sábado, 27 de marzo de 2010

La FE

Equilibrista en NEW YORK

Entre los 30 metros que separan a las famosas torres gemelas de New York, un equilibrista tendió una cuerda para pasar sobre ella. A la gente que se reunió para mirar el espectáculo les pidió confianza en que podía lograrlo. Todos lo apoyaron. Él tomó su vara de equilibrio y paso de un lado a otro.

Bajó y volvió a proponer a la gente que ya se había reunido en mayor numero: volveré a pasar exclamo el equilibrista, pero ahora sin la barra de equilibrio. Sin embargo, necesito más confianza de todos ustedes para lograrlo. Después de una duda, todos le dieron el apoyo que solicitaba. Él subió y paso caminando lentamente por aquella cuerda floja, que se movía con el viento.

Bajo otra vez e interrumpió los aplausos diciéndoles: No he terminado. Ahora haré lo más difícil. Pasare por la cuerda llevando una carretilla. Sin embargo, necesito que crean que yo puedo lograrlo. Su confianza me capacita para hacerlo. Hubo dudas. Nadie respondía. Entonces argumentó: me basta con que uno solo me crea. Su fe en mi logrará que yo pueda pasar con éxito. Nadie se atrevía a darle dicha confianza. Por fin una persona que estaba deseosa de no perderse el espectáculo, le grita: “Tú puedes, tú eres capaz. Yo creo que lo puedes lograr”.

¿De veras crees que puedo pasar de un lado a otro con la carretilla sobre la cuerda floja?
Si, afirmo aquel hombre con seguridad.
Pues si crees que puedo pasar de un lado a otro con la carretilla sobre la cuerda floja, ven conmigo y súbete a la carretilla.

La fe nos lleva a actuar conforme a lo que creemos. Si verdaderamente creemos que Jesús pasó de la muerte a la vida, subámonos a la carretilla de Jesús que es su cruz salvadora para morir con él al pecado y resucitar con él a la nueva vida.

Así es la fe. Aunque no vemos, creemos en una voz, en la palabra de Dios.
La fe es tirarnos, confiado en esa palabra, con la certeza de que el cielo y la tierra pasaran, pero la palabra de Dios no puede fallar.

“La fe es garantía de lo que se espera y la certeza de las cosas que no vemos”:
Hb 11,1.


La fe no consiste en creer en Dios, pues hasta el mismo demonio cree en Él, sino Creerle a Dios.

No es creer en algo, sino en Alguien.